Fibrilación Auricular: El Trastorno
de Ritmo Cardíaco Más Común
La fibrilación auricular es la arritmia cardíaca más frecuente, caracterizada por un latido irregular y rápido de las aurículas (cavidades superiores del corazón). Esta alteración del ritmo puede favorecer la formación de coágulos, lo que aumenta el riesgo de ictus, insuficiencia cardíaca y otras complicaciones cardiovasculares. Detectarla a tiempo y seguir un tratamiento adecuado es clave para proteger la salud del corazón.
Paroxística: aparece y desaparece de manera espontánea.
Persistente: requiere tratamiento para recuperar el ritmo normal.
Permanente: el corazón mantiene un ritmo irregular de forma constante.
Palpitaciones rápidas e irregulares.
Cansancio o falta de aire.
Mareos o episodios de desmayo.
Dolor o presión en el pecho.
En algunos casos puede ser asintomática.
Hipertensión arterial y enfermedad coronaria.
Insuficiencia cardíaca o valvulopatías.
Infarto de miocardio previo.
Trastornos de la tiroides.
Estrés, alcohol, tabaco o exceso de cafeína.
Factores genéticos y envejecimiento.
Electrocardiograma (ECG): detecta el ritmo irregular.
Holter 24-48h: registra episodios intermitentes.
Ecocardiograma para evaluar válvulas y cavidades.
Análisis de sangre para descartar causas asociadas.
Controlar factores de riesgo como hipertensión, diabetes y colesterol.
Mantener un estilo de vida saludable con dieta equilibrada y ejercicio moderado.
Evitar el tabaco, alcohol y estimulantes.
Revisiones periódicas con el cardiólogo, sobre todo en mayores de 60 años.
Seguir el tratamiento médico indicado de forma rigurosa.
Controlar la frecuencia y el ritmo cardíaco.
Vigilar la tensión arterial y posibles síntomas de alarma.
Rehabilitación cardíaca y hábitos saludables.
Medicamentos antiarrítmicos para controlar el ritmo.
Anticoagulantes para prevenir coágulos e ictus.
Cardioversión eléctrica para restaurar el ritmo normal.
Ablación cardíaca en pacientes seleccionados.
Marcapasos en casos específicos de fibrilación persistente.

Fibrilación Auricular: El Trastorno de Ritmo Cardíaco Más Común
La fibrilación auricular es la arritmia cardíaca más frecuente, caracterizada por un latido irregular y rápido de las aurículas (cavidades superiores del corazón). Esta alteración del ritmo puede favorecer la formación de coágulos, lo que aumenta el riesgo de ictus, insuficiencia cardíaca y otras complicaciones cardiovasculares. Detectarla a tiempo y seguir un tratamiento adecuado es clave para proteger la salud del corazón.

Paroxística: aparece y desaparece de manera espontánea.
Persistente: requiere tratamiento para recuperar el ritmo normal.
Permanente: el corazón mantiene un ritmo irregular de forma constante.
Palpitaciones rápidas e irregulares.
Cansancio o falta de aire.
Mareos o episodios de desmayo.
Dolor o presión en el pecho.
En algunos casos puede ser asintomática.
Hipertensión arterial y enfermedad coronaria.
Insuficiencia cardíaca o valvulopatías.
Infarto de miocardio previo.
Trastornos de la tiroides.
Estrés, alcohol, tabaco o exceso de cafeína.
Factores genéticos y envejecimiento.
Electrocardiograma (ECG): detecta el ritmo irregular.
Holter 24-48h: registra episodios intermitentes.
Ecocardiograma para evaluar válvulas y cavidades.
Análisis de sangre para descartar causas asociadas.
Controlar factores de riesgo como hipertensión, diabetes y colesterol.
Mantener un estilo de vida saludable con dieta equilibrada y ejercicio moderado.
Evitar el tabaco, alcohol y estimulantes.
Revisiones periódicas con el cardiólogo, sobre todo en mayores de 60 años.
Seguir el tratamiento médico indicado de forma rigurosa.
Controlar la frecuencia y el ritmo cardíaco.
Vigilar la tensión arterial y posibles síntomas de alarma.
Rehabilitación cardíaca y hábitos saludables.
Medicamentos antiarrítmicos para controlar el ritmo.
Anticoagulantes para prevenir coágulos e ictus.
Cardioversión eléctrica para restaurar el ritmo normal.
Ablación cardíaca en pacientes seleccionados.
Marcapasos en casos específicos de fibrilación persistente.