Estudio electrofisiológico y ablación cardíaca: soluciones para las arritmias
El estudio electrofisiológico (EEF) y la ablación cardíaca son procedimientos avanzados que permiten diagnosticar y tratar de forma efectiva diferentes arritmias cardíacas. Gracias a estas técnicas, se puede identificar el origen de los ritmos cardíacos anormales y corregirlos de manera mínimamente invasiva, mejorando la calidad de vida de los pacientes.


Estudio electrofisiológico y ablación cardíaca: soluciones para las arritmias
El estudio electrofisiológico (EEF) y la ablación cardíaca son procedimientos avanzados que permiten diagnosticar y tratar de forma efectiva diferentes arritmias cardíacas. Gracias a estas técnicas, se puede identificar el origen de los ritmos cardíacos anormales y corregirlos de manera mínimamente invasiva, mejorando la calidad de vida de los pacientes.


El EEF es una prueba invasiva en la que se introducen finos catéteres a través de las venas hasta llegar al corazón.
Permite:
Analizar el sistema eléctrico del corazón.
Identificar el origen de las arritmias.
Reproducir ritmos anormales de manera controlada para estudiar su comportamiento.
La ablación es un procedimiento terapéutico que se suele realizar tras el EEF si se localiza el foco de la arritmia.
Consiste en aplicar energía (radiofrecuencia o crioablación).
Se elimina el tejido responsable del ritmo irregular.
Es un tratamiento definitivo en muchos casos de taquicardias o fibrilación auricular.
El EEF y la ablación se recomiendan en pacientes con:
Taquicardias supraventriculares.
Fibrilación auricular.
Flutter auricular.
Taquicardias ventriculares.
Arritmias que no responden a la medicación antiarrítmica.
Diagnóstico preciso de las arritmias cardíacas.
Tratamiento eficaz y mínimamente invasivo.
Reducción o eliminación de síntomas como palpitaciones, mareos o síncopes.
Menor necesidad de medicación a largo plazo.
Recuperación rápida y mejora en la calidad de vida.
Después del procedimiento es fundamental:
Reposo relativo en las primeras 24-48 horas.
Seguir las indicaciones médicas sobre medicación anticoagulante o antiarrítmica.
Control periódico con el cardiólogo especialista en arritmias.
Mantener hábitos saludables: dieta equilibrada, ejercicio moderado y control de factores de riesgo cardiovascular.
El EEF es una prueba invasiva en la que se introducen finos catéteres a través de las venas hasta llegar al corazón.
Permite:
Analizar el sistema eléctrico del corazón.
Identificar el origen de las arritmias.
Reproducir ritmos anormales de manera controlada para estudiar su comportamiento.
La ablación es un procedimiento terapéutico que se suele realizar tras el EEF si se localiza el foco de la arritmia.
Consiste en aplicar energía (radiofrecuencia o crioablación).
Se elimina el tejido responsable del ritmo irregular.
Es un tratamiento definitivo en muchos casos de taquicardias o fibrilación auricular.
El EEF y la ablación se recomiendan en pacientes con:
Taquicardias supraventriculares.
Fibrilación auricular.
Flutter auricular.
Taquicardias ventriculares.
Arritmias que no responden a la medicación antiarrítmica.
Diagnóstico preciso de las arritmias cardíacas.
Tratamiento eficaz y mínimamente invasivo.
Reducción o eliminación de síntomas como palpitaciones, mareos o síncopes.
Menor necesidad de medicación a largo plazo.
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Recuperación rápida y mejora en la calidad de vida.
Después del procedimiento es fundamental:
Reposo relativo en las primeras 24-48 horas.
Seguir las indicaciones médicas sobre medicación anticoagulante o antiarrítmica.
Control periódico con el cardiólogo especialista en arritmias.
Mantener hábitos saludables: dieta equilibrada, ejercicio moderado y control de factores de riesgo cardiovascular.