Cirugía de revascularización coronaria: recuperar el flujo sanguíneo del corazón
La cirugía de revascularización coronaria (también conocida como bypass coronario) es una de las técnicas más eficaces para tratar la enfermedad coronaria avanzada, cuando las arterias del corazón se encuentran obstruidas o estrechadas por placas de colesterol (aterosclerosis).
Su objetivo es restablecer el flujo sanguíneo al músculo cardíaco, aliviar síntomas como la angina de pecho y prevenir complicaciones graves como el infarto de miocardio.


Cirugía de revascularización coronaria: recuperar el flujo sanguíneo del corazón
La cirugía de revascularización coronaria (también conocida como bypass coronario) es una de las técnicas más eficaces para tratar la enfermedad coronaria avanzada, cuando las arterias del corazón se encuentran obstruidas o estrechadas por placas de colesterol (aterosclerosis).
Su objetivo es restablecer el flujo sanguíneo al músculo cardíaco, aliviar síntomas como la angina de pecho y prevenir complicaciones graves como el infarto de miocardio.


El procedimiento se realiza mediante la creación de un puente (bypass) con un vaso sanguíneo sano del propio paciente (arteria mamaria, radial o vena safena), que redirige la sangre hacia la zona del corazón afectada por la obstrucción.
La cirugía de revascularización se recomienda en pacientes con:
Enfermedad coronaria multivaso.
Obstrucción crítica de la arteria coronaria izquierda.
Síntomas severos de angina de pecho que no mejoran con tratamiento médico.
Alto riesgo de infarto de miocardio.
Reducción o desaparición de la angina de pecho.
Mejora de la calidad de vida y capacidad de esfuerzo.
Disminución del riesgo de infarto y muerte súbita cardíaca.
Aumento de la supervivencia en determinados perfiles de pacientes.
Hospitalización de 7 a 10 días tras la cirugía.
Rehabilitación cardíaca supervisada para una recuperación progresiva.
Controles médicos regulares con cardiólogo y cirujano cardiovascular.
Mantener hábitos de vida saludables: alimentación cardioprotectora, ejercicio moderado, control de la tensión arterial y colesterol, dejar de fumar.
El procedimiento se realiza mediante la creación de un puente (bypass) con un vaso sanguíneo sano del propio paciente (arteria mamaria, radial o vena safena), que redirige la sangre hacia la zona del corazón afectada por la obstrucción.
La cirugía de revascularización se recomienda en pacientes con:
Enfermedad coronaria multivaso.
Obstrucción crítica de la arteria coronaria izquierda.
Síntomas severos de angina de pecho que no mejoran con tratamiento médico.
Alto riesgo de infarto de miocardio.
Reducción o desaparición de la angina de pecho.
Mejora de la calidad de vida y capacidad de esfuerzo.
Disminución del riesgo de infarto y muerte súbita cardíaca.
Aumento de la supervivencia en determinados perfiles de pacientes.
Hospitalización de 7 a 10 días tras la cirugía.
Rehabilitación cardíaca supervisada para una recuperación progresiva.
Controles médicos regulares con cardiólogo y cirujano cardiovascular.
Mantener hábitos de vida saludables: alimentación cardioprotectora, ejercicio moderado, control de la tensión arterial y colesterol, dejar de fumar.